Los dentistas canadienses han propuesto una solución sencilla al problema de no poder cepillarse los dientes cada vez que come. Aseguran que en este caso lo mejor es pasar a enjuagar la boca, pero no con formulaciones especiales, sino con leche común.
Es importante lavarse los dientes después de comer para que los restos de comida no se conviertan en un caldo de cultivo para las bacterias. Sin embargo, cuando una persona no tiene la oportunidad de hacer esto completamente, la leche natural puede actuar como un purificador adecuado. Esta conclusión se obtuvo sobre la base de una serie de experimentos llevados a cabo por científicos canadienses.
Durante la prueba, se pidió a los voluntarios que se enjuagaran la boca después de comer con varios líquidos. Se trata de jugo de frutas, agua y leche. Los científicos descubrieron rápidamente que el jugo no es adecuado para este propósito, ya que es muy ácido y, en consecuencia, tiene un efecto negativo sobre el esmalte de los dientes. El agua funcionó mejor con la tarea de limpieza.
Sin embargo, el verdadero líder en términos de la cantidad de "basura" extraída de la boca fue la leche. Cuando se recogió saliva de los participantes para la prueba, resultó que el nivel de microorganismos después de enjuagar la boca con leche se vuelve lo más bajo posible en esta situación.
Vale la pena señalar que uno de los estudios recientes encontró la confirmación de que Las bacterias patógenas que se acumulan en los dientes mal limpios pueden causar problemas cardíacos. enfermedades.
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